RELATO: Las notas de tu boca

Estaba pasiva, sentada, leyendo en la cama; las piernas cruzadas. Oí cómo se cerrada la puerta del baño; entró en la habitación. Sonreía. Se acercó, tendió sus manos, me estremecí al sentir su tacto caliente en mi cara; emparejados nuestros ojos. Me incorporo sobre mí misma, suelto el libro, destenso las rodillas, alzo la frente. Recibo una cálida orden que ignoro, no la necesito, apoyo las manos en el colchón y la beso. Puedo oír su corazón suprimiendo segundos entre contracciones; los ojos vidriosos, me tiemblan las manos. Cada una de las crisálidas alimentadas de euforia aletean provocándome náuseas. Relajo el gesto y vuelo, la ropa abandona nuestra silueta; podemos percibir cómo fluímos, como somos río. Acaricio su torso, su piel se eriza; desabrocha mi pantalón. Beso su ombligo, asciendo hasta el cuello. Alcanzo sus labios, cálidos, dulces… Los deseo. Deseo su alimento, su sed. Mueren gotas de sudor al alcanzar sus dedos el infinito. Gemidos, altas pulsaciones, musculatura tensa, párpados ciegos; mis uñas en su espalda… destino. Pruebo sus labios, sus pechos; recorro con mi boca su anatomía. Alcanzo el centro sonoro. Puedo ver cómo tiembla, como se dobla; la escucho cantar pasión. Mi lengua y mis dedos recrean la melodía. Gemidos y acordes teñidos con los años, corrupción clandestina, besos opacos; son todos los gritos que nunca nacieron a fuerza de la presión y el miedo… ahora rugen nadando en sudor.

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