RELATO: 17 de Junio

Hacía algún tiempo que estaba algo decaída. Habíamos cambiado nuestra rutina, sin parar de un lado para otro... Demasiado en lo que pensar en muy pocos días.
Por desgracia hay parejas que no "saben" pasar una tarde entera sin follar, sin ir más allá de ponerse uno enfrente del otro y hablar, compartir experiencias, opiniones... Lo que sea. Por no pertenecer a ese dichoso porcentaje me siento tan afortunada. No obstante... Esto no quiere decir que no perdamos la noción del tiempo escribiendo con nuestras lenguas en el cuerpo del otro. Y por eso, y también porque ya hace bastante tiempo que no escribo nada guarro por aquí, os pido que lo gocéis en exceso:

Metallica a todo volumen. Una bola de cristales en el techo salpica la habitación.
En la pared mi suelta se mueve sobre la suya. Sus manos me agarran ambos pechos, apretando y jugando con ellos. Entonces cambian de posición y me rodean la espalda, pega mi torso al suyo y antes de poder gemir soy yo la que está bajo su mirada, entre la cama y su cuerpo, entrando el mí, sintiendole caliente, casi palpitante. En sus ojos la mirada más ardiente de la que le sé capaz.
Me besa sin bajar el ritmo. Enreda mi pelo. Me abofeteo y la intensidad con la que entra y sale de mí se hace cada vez mayor. No puedo reprimir otra bofetada, pidiendole en silencio que no se controle, que grite, que me haga gritar. Vuelve a besarme y silencia mis gritos. El estallido de placer me hace temblar mientras el aún, encima mia, me mira fijamente. Se seca el sudor con la mano y me besa de nuevo, esta vez suave, con dulzura. La bola del techo nos sigue salpicando la piel.